Antibióticos, víctimas de la resistencia bacteriana

Alexander Fleming, un desordenado médico escocés, sufrió en 1928 la contaminación de unos cultivos de bacterias que estudiaba en su laboratorio debido la acción de un hongo intruso. El “inconveniente” desembocó en el desarrollo del antibiótico penicilina, un verdadero legado para la humanidad. Desde entonces millones de pacientes con infecciones producidas por gérmenes conocidos como bacterias han sido curadas con dicho antibiótico y los numerosos que se desarrollaron luego. Varios años después del hito de Fleming, algunos antibióticos corren el riesgo de pasar involuntariamente a retiro. El Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) lanzó una campaña contra la principal amenaza para dichos medicamentos: la resistencia bacteriana.

Thomas Frieden, director del CDC, aseguró que “los antibióticos son esenciales para combatir infecciones que en algunos casos ponen en riesgo la vida”, y agregó que: “Desafortunadamente, el mal uso de los antibióticos está diseminado y contribuye a la resistencia. Se debe promover el uso apropiado de los antibióticos para preservarlos”.

Según algunas estadísticas, en los Estados Unidos alrededor del 50% de los antibióticos son ingeridos de manera innecesaria o inapropiada. Consumir dicho fármaco en forma errónea es una invitación a la resistencia bacteriana. Las bacterias desarrollan cambios que les permite inactivar la acción de los antibióticos. A veces logran anularlos antes de que los fármacos puedan entrar en el interior del microorganismo, también retornarlos rápidamente al exterior si eso ya ocurrió, o directamente desvanecer los flancos débiles por donde antes era atacada. Lo que es peor, dichos cambios pueden ser transmitidos de generación en generación de bacterias.

¿Qué se debe hacer para evitar este problema? Quizás tener en claro que una bacteria, no es lo mismo que un virus o un parásito. “No se debe pensar que un antibiótico funciona en cualquier enfermedad. Si tienes un resfrío o una gripe, el medicamento no te servirá”, comentó Lauri Hicks, experto del CDC. Desde el organismo oficial recomiendan recibirlos siempre bajo prescripción médica y cumplir el tratamiento con la dosis y duración estipulada por su médico de confianza.