Cómo realizar la higiene corporal asistida de personas dependientes y mayores

 

mayores

La importancia de los hábitos de higiene corporal va mucho más allá del mero cuidado de la imagen personal, sino que también es imprescindible para una correcta salud. Como cuidadores de personas dependientes y mayores muy a menudo será necesario asumir la responsabilidad de velar por la higiene de la persona que cuidamos, siendo siempre conscientes de que debemos respetar y mantener su autonomía al máximo.

Unos buenos hábitos de lavado aseguran una piel hidratada y en correcto estado, ayudando a prevenir diversas patologías cutáneas además de infecciones. Del mismo modo también contribuye a una buena circulación de la sangre y al mantenimiento de un estado de relajación y tranquilidad.

Tal y como acabamos de comentar, es importante valorar primero el nivel de dependencia de la persona que cuidamos, ya que trataremos de mantener su autonomía al máximo ayudándole en lo estrictamente necesario y motivándole a participar activamente en su propio cuidado siempre que sea posible. Además, es aconsejable fijar unos horarios estables a estos hábitos higiénicos para poder convertirlos en parte de su rutina. Del mismo modo también conviene respetar al máximo la intimidad del dependiente.

A continuación os dejamos una serie de trucos y consejos para llevar a cabo una higiene asistida como cuidadores:

Higiene del rostro

Una de las partes más críticas del rostro son los ojos, que limpiaremos con una esquina mojada de una toalla. Limpiando desde el exterior hacia el interior del ojo.

Del mismo modo, con otra esquina mojada de la toalla limpiaremos los oídos, centrándonos en el pabellón auricular sin necesidad de utilizar bastoncillos ni ningún otro elemento tan invasivo.

Pasaremos la toalla húmeda por el resto del rostro y por el cuello. Acto seguido procederemos al secado sin producir arrastres que puedan generar daños en las pieles más frágiles.

Higiene bucal

Es aconsejable dejar que la persona se cepille los dientes en caso de que sea posible. En caso contrario nos encargaremos nosotros, utilizando gasas con colutorio si fuese necesario.

Es importante dedicar especial atención al momento de lavado bucal para revisar el interior de la boca y examinar la aparición de posibles caries o flemones así como el correcto estado de las encías y la mucosa.

Brazos y manos

Primero cortaremos las uñas de las manos en redondo con unas tijeras o cortaúñas especialmente destinadas para ello. Acto seguido mojaremos una esponja con agua y algo de jabón para limpiar los brazos y las axilas. Es importante secar las axilas correctamente después y utilizar desodorantes no alcohólicos que sean respetuosos con la piel.

Tórax y abdomen

Limpiaremos el tórax y el abdomen del mismo modo. Centrándonos en el adecuado secado posterior ya que la humedad puede generar la aparición de irritaciones y hongos. Secaremos con especial atención los pliegues de la piel que se suelen dar en el abdomen o debajo de las mamas, especialmente en personas obesas.

Piernas y pies

Tras la limpieza de las piernas y pies deberemos prestar especial atención al secado de las zonas entre los dedos de los pies, ya que la humedad acumulada en estos puntos suele producir hongos en los pies. También cortaremos las uñas de forma recta, acudiendo a un podólogo en caso de que las uñas sean especialmente gruesas. Por último recomendar la aplicación de alguna crema hidratante en caso de pieles resecas.

Espalda y glúteo

Para limpiar la parte posterior de la persona la recostaremos de lado, utilizando cojines y almohadas para mantenerla en la posición adecuada en caso de que sea necesario. Limpiaremos la espalda, glúteo y zona perianal cuidadosamente y aplicando crema hidratante donde se precise.

Genitales

Con la persona recostada en la cama y las piernas abiertas colocaremos un empapador que evite el mojado de la cama. Acto seguido verteremos agua con jabón sobre los genitales para después aclararlo únicamente con agua. El secado debe realizarse con especial cuidado desde arriba hacia abajo.

Pelo

Otro hábito importante en el mantenimiento de la higiene personal es el cuidado del cabello, peinándolo e incluso lavándolo a diario. En caso de que la persona se encuentre encamada colocaremos su cabeza cerca de un lateral de la cama y sobre un plástico, para poder verter agua cuidadosamente, enjabonando y aclarando posteriormente. Para el secado utilizaremos una toalla primero y un secador después.

Como veis mantener unos buenos hábitos de higiene personal es clave para asegurar tanto el bienestar como la buena salud de la persona dependiente. La norma número uno está en tratar de mantener su autonomía al máximo, asistiéndole en los puntos en los que precise de nuestra ayuda, especialmente si la persona se encuentra encamada. ¿Qué trucos utilizas tú para velar por la correcta higiene de la persona que cuidas? ¿Nos hemos dejado alguna parte del cuerpo que crees merece una mención especial? ¡Cuéntanoslo!