El derecho a vivir el dolor en la intimidad

El derecho a vivir el dolor en la intimidad

Hace sólo una semana que José Ortega Cano sufrió un accidente de tráfico como consecuencia del cual una persona ha muerto y él mismo se encuentra muy grave luchando por la vida y por su salud. Sin embargo, ante este hecho que no puede más que producir compasión, la realidad es que cada día, observo con asombro cómo en programas del corazón se debate día sí y día también sobre lo sucedido con una falta de sensibilidad alarmante.

Para empezar, es sorprendente que la familia del torero tenga que estar dando continuamente explicaciones a los periodistas que están agolpados en la puerta del hospital. La realidad es que uno de los derechos más importantes de un ser humano desde un punto de vista ético y moral es el de poder vivir el dolor en la intimidad. Sencillamente, porque el dolor es algo íntimo que afecta a lo más hondo del alma y de la conciencia.

Dejemos que sean las autoridades pertinentes las que investiguen qué es lo que sucedió  en el accidente. Y esperemos que Ortega Cano se recupere pronto para poder educar a sus hijos que son menores y también, para que pueda hacer frente a la responsabilidad de lo sucedido en caso de que la tenga.

Pero parece que nadie se da cuenta de que la mayor cruz que va a tener el torero a lo largo de su vida va a ser precisamente la de saber que hubo una persona joven que perdió la vida, la ilusión y la esperanza en medio de la carretera aquella noche trágica. El dolor es algo tan íntimo y el respeto a un enfermo que está en el hospital también lo es. Por eso, no entiendo que se convierta en espectáculo un hecho tan doloroso como éste. Esperemos que Ortega Cano se recupere pronto y que el tristemente fallecido, Carlos Parra descanse en paz.  

Imagen: Flickr-Liss Mcbovzla