El efecto positivo que produce la amistad

El efecto positivo que produce la amistad

Las vacaciones de Navidad muestran de forma gráfica que el ser humano es social por naturaleza. A lo largo de estos días, nos reunimos con los seres queridos y amigos. Protagonizamos momentos muy especiales y reencuentros con personas a las que vemos con mayor o menor frecuencia. La Navidad favorece la reflexión interior sobre uno mismo y también, sobre las relaciones sociales, en concreto, sobre la amistad.

Los lazos de amistad producen un efecto muy positivo sobre la mente de tal forma que una persona con buenos amigos generalmente es más feliz que una persona que se siente sola. Tener una red social amplia y sólida es un soporte emocional muy resistente en contra de la decepción y la tristeza.

Sin embargo, la amistad es un tesoro que debe cuidarse día a día. Es decir, debemos preguntar a nuestros amigos qué tal se encuentran, hacer planes en común, llamarles por teléfono de vez en cuando, tener gestos de cariño, felicitarles en su cumpleaños… La indiferencia y la falta de trato solo alimenta la distancia entre dos amigos.

Ahora que acabamos de estrenar el nuevo año es buen momento para poder disfrutar al cien por cien de la compañía de los amigos de siempre. Pero también, es un momento ideal para estar receptivo y tener la ilusión de conocer a nuevas personas y construir nuevos lazos de amistad.

Puedes conocer gente nueva si te animas a participar en algún curso e incluso puedes pedir a tus conocidos que te presenten a alguna persona… La vida tiene su propia sabiduría interna por lo que de forma lógica tendrás oportunidades de hacer nuevos amigos en el momento en que menos lo esperes.

Imagen: Flickr-Embajada de EEUU en Bolivia