La soledad como enfermedad

La soledad como enfermedad

La soledad del alma no siempre es fácil de sobrellevar. La realidad es que el sentimiento de soledad va más allá de estar rodeado de gente. De hecho, una cajera de supermercado, por ejemplo, está continuamente en contacto con gente a la que atiende con amabilidad. Sin embargo… ¿Cuántas conversaciones reales y profundas tiene de verdad a lo largo del día? ¿Y de la semana? Existen personas que no saben hablar de sí mismas, que no interiorizan en los temas de conversación.

Interiorizar significa poder compartir los miedos, las dudas y las preguntas profundas sobre la vida. ¿Acaso existe otra forma de vivir que no sea esta? Es decir… ¿Acaso es posible vivir de verdad con un sentido profundo si no te implicas en aquello que te pasa?

La soledad se convierte en una enfermedad que padecen muchas personas sin ni siquiera darse cuenta, sencillamente, porque se han acostumbrado a vivir en medio de la rutina, de la monotonía y del individualismo que rige esta sociedad. En donde parece que ya es difícil mantener el contacto con los amigos que ya se tienen pero todavía es más difícil estar abierto a hacer nuevas amistades.

La soledad duele. La soledad resta calidad a tu felicidad. Pero tienes que ser humilde para darte cuenta de que quieres salir del círculo en el que tú mismo te has encerrado, poner de tu parte para vivir en contacto con los demás. Dando más y esperando menos. Dejando que otras personas compartan contigo su mundo. 

Es verdad que la sociedad actual es individualista, sin embargo, el ser humano puede ir a través de su libertad más allá de las normas sociales. Está claro que la soledad también puede ser una enfermedad desde un punto de vista emocional.

Imagen:  Flickr-Kristina Daley