Alimentos seguros, una preocupación de la OMS

Desde hace tiempo las enfermedades transmitidas por los alimentos constituyen una complicación para la salud pública en todo el mundo y generan un problema indeseable al que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es vital prevenir.

Millones de personas enferman y mueren por consumir alimentos insalubres. Existen más de doscientas enfermedades transmitidas por agua o alimentos en mal estado, entre las que particularmente se destacan las infecciones gastrointestinales que acaparan lamentablemente alrededor de 1.8 millones de muertes anuales en niños de diferentes países. Pero lejos de disminuir, y de no mediar ninguna intervención, las estadísticas vaticinan un alarmante panorama para los próximos años.

Las cadenas alimentarias se han extendido y ocupan amplias zonas de territorio, lo que permite a los gérmenes presentes en los alimentos transmitirse en la actualidad a mayores distancias. La rápida urbanización existente en todo el mundo también aumenta el riesgo debido a que los habitantes consumen comidas preparadas fuera de casa, en algunos casos manipuladas o preparadas inadecuadamente.

Aproximadamente el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas humanas aparecidas en los últimos 10 años fueron generadas por bacterias, virus y otros organismos que surgieron en productos animales. La mayoría de ellas relacionadas con la manipulación de animales durante la producción de alimentos en los mercados y mataderos. La acrilamida, compuesto químico cancerígeno generado a partir la cocción con altas temperaturas de productos tales como las papas fritas, el pan o el café, es también un creciente motivo de preocupación.

La OMS aseguró que estas enfermedades son totalmente prevenibles con medidas simples. Muchas de ellas implican la puesta en marcha de políticas sanitarias destinadas a lograr seguridad alimentaria desde la producción al consumo y en cualquier eslabón de la cadena. Pero otras pueden ser aplicadas en el seno de los hogares y son resumidas en cinco claves. La higiene, el empleo de agua e ingredientes inocuos, así como separar los alimentos crudos de los ya cocinados, una buena cocción y el almacenamiento a temperatura adecuada ahorrarán contratiempos.