Cómo superar el síndrome de la silla vacía

El síndrome de la silla vacía

La Navidad es un tiempo para compartir en familia lejos de la oficina. Sin embargo, algunas personas experimentan una gran tristeza al llegar estas fechas como consecuencia de la pérdida de algún ser querido. Este malestar psicológico recibe el nombre del Síndrome de la silla vacía. Se trata de una tristeza y una melancolía que puede llegar a angustiar.

Esta tristeza es natural porque forma parte del proceso de duelo que siente cualquier persona cuando pierde a un ser querido. Para combatir esta tristeza es aconsejable cambiar el escenario de la celebración de Navidad, por ejemplo, en vez de comer o cenar en casa en los días importantes es mejor acudir a un restaurante para festejar estas fechas en un entorno diferente.

Además, también es posible celebrar la Navidad de una forma alternativa mediante la realización de un viaje que sea interesante. Podemos aprovechar estas fiestas para conocer gente nueva, disfrutar de nuevos paisajes y alejarnos de la rutina.

Además, para combatir la tristeza de la Navidad también es fundamental exteriorizar las emociones, es decir, poder compartir con un buen amigo el sentimiento interior. El consuelo y el apoyo de un buen amigo resulta terapéutico como bien expresó en sus textos el filósofo medieval Tomás de Aquino.

El síndrome de la silla vacía produce abatimiento, tristeza y angustia en los días clave de las fiestas de Navidad porque la Navidad es un tiempo que nos invita a mirar al pasado, es decir, que potencia el recuerdo y el contacto con nuestras raíces. De esta forma, es inevitable percibir la ausencia de aquellos que ya no están con nosotros.

Imagen:  Flickr-Miguel