Estudian las radiaciones ionizantes asociadas a procedimientos diagnósticos médicos

 

Debido a que las radiaciones ionizantes son conocidas responsables a largo plazo de cáncer de órganos y leucemias, las personas que trabajan bajo exposición repetida a dichas radiaciones, tales cómo el personal vinculado a la industria nuclear, son monitoreadas en forma permanente y alejadas temporalmente de su labor cuando la dosis acumulada los pone en riesgo. ¿Pero qué recomendaciones se deben dar a aquellos que se exponen a dichas radiaciones acumuladas en el contexto de estudios médicos?

La respuesta no es fácil según comentan un grupo de investigadores liderados por Reza Fazel de la Universidad de Emory en Atlanta quienes en un estudio publicado en agosto en New England Journal of Medicine buscaron aportar nuevas evidencias a un tópico en el cual no existen demasiadas.

Con la intención de realizar un diagnóstico de situación los científicos entre Enero del 2005 y Diciembre 2007 pudieron recabar información de casi un millón de habitantes de los Estados Unidos comprendidos entre los 35 y 64 años edad. Durante el período estudiado, en esa población se realizaron 3.442.111 procedimientos de diagnóstico por imágenes que involucraron exposición a radiaciones.

El 85% de los pacientes mayores de 60 años tenía algún procedimiento realizado y el 78 % por ciento de las mujeres de la población analizada fue estudiada por medio de alguna tecnología de imágenes que involucró radiaciones en comparación con el 57% de los hombres. Si bien la mayoría de los pacientes estuvieron expuestos a dosis bajas y registraron dosis acumuladas pequeñas existió también un grupo minoritario que presento dosis que conferían riesgo

Al igual que ocurre en los que trabajan en una central nuclear, para los científicos lo importante tiene que ver con la dosis acumulada a través del tiempo y en ese sentido los distintos procedimientos exponen en mayor o menor medida a los pacientes. El grado de exposición de una tomografía computada de tórax es mucho mayor que al generado por una radiografía de tórax

Sin con el ánimo de generar alarma debido a tecnologías que han mejorado la calidad de la atención médica los autores claman por nuevos estudios que permitan poner en la balanza riesgos versus beneficios y poder generar así nuevas recomendaciones. Por lo pronto abogan por un uso más racional de las técnicas de diagnóstico de imágenes a quienes identifican como importantes fuentes de radiación ionizante.

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