Resbalones y caídas son principales causas de traumatismos en niños que toman un baño

Los accidentes que ocurren debido a caídas o resbalones mientras los niños toman un baño constituyen una causa común de lesiones por lo que es fundamental destinar mayores esfuerzos en busca de su prevención.

Cuantificar un problema suele ser útil para conocer su real magnitud y plantear recomendaciones que tiendan a subsanarlo. Con esa premisa Shengyi J. Mao y un grupo de investigadores del departamento de pediatría de la Universidad de Ohio  en los Estados Unidos encararon un trabajo que fue publicado en último número de la revista “Pediatrics”.

Por medio de la revisión de información contenida en el Sistema Nacional Electrónico de Vigilancia de Lesiones de los Estados Unidos los científicos pudieron determinar que en el período comprendido entre 1990 y el 2007 existieron 791.200 lesiones en bañeras o duchas que tuvieron como participes a personas menores de 18 años de ese país y que debieron lamentablemente consultar al sistema de emergencia por ese motivo.

El 81% de las lesiones tuvieron como mecanismo causal los resbalones y caídas, el 9.3 % se debió a impactos con estructuras propias del sanitario y el porcentaje restante a quemaduras o inmersión. Los accidentes fueron mas frecuentes en niños menores de 4 años y de sexo masculino.

Las lesiones más comunes diagnosticadas por los médicos en las áreas de emergencia fueron las laceraciones que llegaron así a contabilizar el 59,5 % de las mismas. En segundo lugar, con un 21.6 %, se ubicaron los hematomas y las contusiones. Además durante el periodo estudiado se registraron 10.112 fracturas asociadas a estos traumatismos.

Los accidentes ocurrieron en el 97,1 % de las veces en los propios hogares y el 71.3 % fueron generados en bañeras. Las zonas más afectadas fueron la cabeza, el rostro y el cuello. Del total de los lesionados el 2.8 % requirió internación en un centro hospitalario.

Un niño pequeño se caracteriza por presentar pobre coordinación, falta de fuerza, juicio inmaduro y poca capacidad para anticipar el peligro. Todo lo relatado lo vuelve vulnerable a padecer un accidente y es por eso que los científicos, de acuerdo a los hallazgos observados, plantean la necesidad de incrementar las medidas preventivas tendientes a evitarlos.

La Academia de Pediatría de los Estados Unidos y otras organizaciones recomiendan que los niños pequeños sean supervisados en forma activa por un cuidador adulto mientras toman un baño. Esta táctica ha sido útil para disminuir especialmente los casos de lesiones por inmersión pero parecería ser insuficiente para bajar la frecuencia de resbalones y caídas. Para Mao y su grupo de investigadores se deben profundizar además medidas denominadas pasivas tales como barras y asideras, bañeras con bordes curvos y con amortiguación de caídas, accesorios empotrados para evitar golpes con distintas partes del cuerpo y pisos antideslizantes que logren modificar en parte la realidad.

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